Las condiciones adversas del Ártico hacen que la oruga de la mariposa Esquimal (Oeneis alpina) viva 14 años congelándose y descongelándose tras cada invierno y primavera. Cuando la temperatura revive su corazón, se alimenta lo más rápido posible, arrasando con toda la vegetación a su alcance. Pero cuando el invierno avanza, su corazón se detiene, se congelan sus entrañas, y por último, su sangre. Cuando se acerca a su décimo quinto aniversario (15), cual niña quinceañera, fabrica su crisálida y se transforma en mariposa. Cuando sale al mundo, debe apresusarse: es su último año. Debe buscar un compañero, aparearse y entregar la siguiente generación de orugas a las hostilidades del ambiente, antes de que inicie el invierno nuevamente y muera.
Un mundo raro: ¿qué hace que la naturaleza diseñe una oruga que deba morir y nacer cada vez por 14 años? ¿Por qué debe esperar 14 años para encontrar su compañero para luego morir?
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